La inversión pasiva en bienes inmuebles consiste en invertir fondos en propiedades inmobiliarias, pero sin participar activamente en la gestión diaria de los activos. Esto permite ahorrarse el tiempo que los propietarios suelen dedicar a ocuparse de la propiedad, como el mantenimiento o los contratos de arrendamiento. También puedes empezar a invertir desde cantidades muy asequibles, ya que no vas a comprar una propiedad entera.